Economías en crecimiento
Como el aceite vegetal más utilizado en el mundo, el aceite de palma también tiene un impacto económico y social de gran alcance.
Las palmas de aceite son un cultivo nativo de África occidental, pero desde la década de 1960, la mayor parte de la producción de aceite de palma se ha trasladado al sudeste asiático. Hoy en día, gran parte de la producción a gran escala se concentra en Indonesia, Malasia, Tailandia, América Latina y África. Sin embargo, la agricultura a pequeña escala e independiente continúa en otros países del sudeste asiático, África occidental y América Central y del Sur.
Además de proporcionar un sustento a unos siete millones de pequeños agricultores en todo el mundo, la producción de aceite de palma ayuda a respaldar las economías de los países productores. La producción de aceite de palma proporciona empleos directos a cuatro millones de personas en Indonesia y casi un millón en Malasia*. Muchos de estos trabajos se encuentran en áreas rurales remotas donde es difícil encontrar trabajo.
Los medios de vida sostenibles
Cuando el aceite de palma se produce de manera sostenible, puede proporcionar medios de vida a largo plazo tanto para los agricultores como para los productores.
Como las palmas de aceite se pueden cosechar durante todo el año, su cultivo puede proporcionar ingresos durante todo el año a las familias campesinas de las zonas tropicales.
Junto a esto, la producción sostenible de aceite de palma juega un papel clave en la reducción de la pobreza y la provisión de infraestructura rural en los países productores. Las carreteras, las escuelas y los centros de salud siguen la estela de los puestos de trabajo que crea, lo que lleva al desarrollo de la comunidad.
La reducción de la pobreza es una de las razones por las que hemos visto un crecimiento tan rápido de la industria y, por lo tanto, una deforestación extensa.
Derechos de los trabajadores y de la comunidad
Cuando el aceite de palma se ha cultivado de acuerdo con los estándares de la RSPO, los trabajadores y las comunidades detrás de su producción han sido tratados de manera justa y respetuosa, ya que las buenas condiciones de trabajo y las prácticas comerciales éticas son una condición para la producción sostenible de aceite de palma.
La RSPO garantiza que la protección adecuada de los derechos de los trabajadores (y sus familias) en las plantaciones esté en línea con los estándares internacionales y locales, que incluyen:
- Organización Internacional del Trabajo (OIT)
- Principios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
- Principios Rectores de las Naciones Unidas (ONU) sobre las empresas y los derechos humanos (2011)
- Convenios de la OIT sobre trabajo forzoso
- Abolición de la edad mínima de trabajo forzoso, las peores formas de trabajo infantil y más
Para nuevos proyectos de desarrollo de tierras, los Productores Certificados RSPO deben obtener el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) de las comunidades locales e indígenas. Esto establece si la comunidad local está de acuerdo o niega un proyecto que puede afectarlos a ellos oa su territorio.
* Fuente: Servicio de Estudios del Parlamento Europeo, De un vistazo: aceite de palma: impactos económicos y ambientales, 2020.